Los perennials hemos vivido con la idea de ser reservados si queremos emprender. Quizás, por ese miedo a que alguien “nos robe” nuestras ideas. La década que se está terminando es la década del networking. Acá explicamos su utilidad.
Cuando vas a emprender, tú sabes a quienes pedirle consejo. Es una mezcla de gente de tu total confianza y gente que le puede dar una mirada distinta a lo que tienes en mente. Esa gente que te dice que está todo perfecto no te sirve. En tu idea de negocio, siempre va a quedar un flanco que no tuviste en cuenta y que alguien te dio motivos para prestarle atención.
Ojo que esto no es lo mismo que buscar socios para tu compañía. Si tienes una idea clara y una perspectiva sólida sobre cómo financiarla, sigue tu camino: pero siempre aconséjate. Varios ojos ven más que solo dos.
¿Cómo elegir con quién compartir tus ideas? Te aconsejamos alguien que sea confiable, pero no igual a ti. Quizás gente más joven, que te dé una visión más renovada e innovadora (inevitablemente, por la edad, ellos son así) de lo que puedes llegar a alcanzar con tu proyecto. No tengas miedo a dar a conocer tu idea: si sale al mercado, inevitablemente opinarán sobre ella.