Lo que más nos enseñaron en la vida es a comportarnos como empleados. Escuchar, obedecer y prácticamente no cuestionar. El ciclo de la vida siempre fue ir al colegio, estudiar una carrera universitaria, casarte, tener hijos y en paralelo llevar a cabo una carrera como empleado de alguna compañía. Si estás en muchas, es algo mal visto: es señal de inestabilidad.

¿Nunca has sentido que tú eres capaz de hacer algo mejor que lo que ya está hecho? A todos nos ha pasado. Claro, te venden un cuento lindo cuando hablas de emprendimiento: que tú decides, que manejas tus tiempos, que casi haces lo que quieres. Pero no es tan así.

De partida, el mercado actual no te garantiza la supuesta estabilidad que entrega el ser empleado. Todos podemos pasar de ser imprescindibles a desechables ante los ojos de nuestros jefes. Seguramente, alguien de tu círculo perennial lo ha vivido.

Emprender es hacer lo que te apasiona y lo que realmente tienes ganas de hacer. Inevitablemente, lo vas a hacer con más ganas que como empleado. ¿Hay alguna opción de que te guste menos hacer lo que piensas y pensar lo que haces, que hacer lo que te dicen?

A la edad de un perennial, ya la experiencia es suficiente para todo. Lo que tienes que evitar es el miedo al fracaso. Posiblemente haya gente que depende de ti. Pero si no te atreves a hacer lo que quieres y querer lo que haces, después te vas a arrepentir. Es el momento.